diumenge, 4 de març del 2018

Diumenge III de Quaresma any B



Diumenge III de Quaresma any B

Santuari de la Mare de Deu de Copacabana (Bolivia) 4 de marc de 2018
Ex 20,1-17; Salm 18,8.9.10.11; 1C 1,22-25; Jo 2,13-25

Hoy la actitud de Jesus nos sorprende, vemos a un Jesus enojado, airado, furioso ante la casa de Dios convertida en un mercado. Como dice el salmista el celo por su templo lo consume. 

Estamos en el tiempo de conversion por excelencia, camino de la Pasqua. Dios nos ha querido tanto que ha enviado a su hijo en todo igual a nosotros, salvo en el pecado. Por Jesucristo nos hemos convertido emn hijos del Padre, en hijos de Dios. Por ello tambien nosotros somos, como Cristo, templo del Senor. 

De este templo, que somos todos y cada uno de nosotros, templo imperfecto, siempre en construccion, debemos expulsar a nuestros particulares mercaderes; a los bueyes de nuestros egoismos, las palomas de nuestra pereza y a los cambistas de nuestra dureza de corazon. Como podemos sacar todo esto de la casa del Padre que somos todos nosotros? Amando a Dios y a los hermanos. Amandole no teniendo ningun otro dios ni idolo, no pronuciando su nombre en vano. Amando a nuestros padres, no matando ni deseando mal alguno a nuestros hermanos, no robando, ni mintiendo, ni codiciando. No haciendolo ni de obra, ni de pensamiuento, ni de palabra, ni de obra, ni de omision.

Nosotros predicamos a Cristo, escandalo para unos y locura para otros. Pero para nosotros es la puerta de salvacion; aquel que compartiendo nuestra muerte, ha querido compartir tambien su resurreccion, su victoria sobre la muerte. 

Cristo en tres dias ha edificado el templo definitivo, El mismo es el verdadero templo, aquel que muriendo como nosotros los hombres y resucitando como hijo de Dios nos hace llamar a Dios Padre.

Expulsemos  en este tiempo de Cuaresma, a nuestros particiulares mercadres de nuestro templo, de nuestro corazon. Hagamos de nosotros hombres y mujeres de oracion, verdadero templo de Dios. Libres de todo aquello que puede perturbar nuestra relacion de amor con Dios y con los hermanos.

Que este tiempo de Cuaresma sea verdadero camino de conversion y de limpieza de nuestros corazones.

Que Maria, que la Virgen de Copacabana, protectora de Bolivia, modelo de fe y de amor, nos ayude y acompane en este camino.