divendres, 12 de gener del 2024

Divendres de la I setmana durant l'any / II

 

Viernes de la I semana durante el año / II

Monasterio Cisterciense de Santa Cruz

Casarubios del Monte

12 de enero de 2024

1Sam 8.4-7.10-22a; Sal 88,16-19 y Mc 2,1-12

 

Israel deseaba ser como los otros pueblos y tener un rey. No les importaban todos los inconvenientes como dar a sus hijos y a sus hijas al servicio de un hombre, ni de pagarle tributos o de convertirse en esclavos. «No importa, queremos tener un rey» respondían. Prefieren un rey humano al mejor rey, a Dios; prefieren ser como todos los pueblos a sentirse especiales, diferentes por tener a Dios por rey.

Hoy también en nuestra sociedad hay quien rechaza a Dios, quien no lo quiere por rey. Pro a su vez hay gente de fe que confía en Dios, que teme el esfuerzo para llegar hasta Dios; como aquel paralítico y sus amigos que no dudaron en levantar el tejado del lugar donde se encontraba Jesús para poder bajarlo y dejarlo en su presencia.

Así deberíamos hacer nosotros, así deberíamos vivir nuestra fe, acercando a los que amamos a Jesús, a Cristo, acercándole al mayor número de personas, sabiendo que es el mejor rey, mirando siempre de acercar a su reino al mayor número de personas. Esto sólo lo podemos hacer con nuestro amor, viviendo con plena conciencia nuestra fe e intentando contagiar a los demás la alegría de la fe, de la confianza en Cristo.

Hoy celebramos la memoria de san Elredo, el definió la vida del cristiano diciendo: «Señor, yo te busqué, y te busqué con el amor; porque quien camina amándole es indudable Señor que te busca.» (Espejo de la caridad I,3).

Tengamos al Señor por rey, antepongámosle a cualquier señor terrenal y sirvámosle con el amor, amándole y amándole a Él amando a los hermanos, buscando lo mejor para ellos, acercándolos a Cristo y empleando en esta tarea todos nuestros esfuerzos.

En palabras de san Elredo: «Que tu amor admirable se apodere de todo mi amor y no lo arrastre la codicia del mundo. ¿Pero qué digo? ¿Deseo esto solo para mi? Que see cumpla Señor, que se cumpla lo que dijo el profeta. Se acordará y volverán al Seño todos los confines de la tierra.» (Espejo de la caridad IV,16).